lunes, 23 de marzo de 2020

Historia II: El inicio del Siglo XX

Trabajo Práctico n°1 de Historia (para 6to Econ y Adm.)

1) Explique en líneas generales el año 1914.
2) ¿Cuáles son las causas de le Primera Guerra Mundial? ¿Por qué hablamos de causas coyunturales y causas estruturales?
3) ¿Cómo era la situación económica y política de Europa en los momentos previos al estallido de la Guerra?
4) Observa el mapa de Europa antes y después de la Primera Guerra Mundial ¿Qué países continúan existiendo, cuáles desaparecen y cuáles son los nuevos países?

Fecha de entrega: lunes 30 de marzo, entre las 9 y las 11hs, a pascualborrello@gmail.com

Formato de entrega: Archivo Word Letra Arial 12 interlineado sencillo. Fundamental tener título (Trabajo Práctico n° 1) nombre y materia. El título del archivo debe llevar también el título del trabajo, su nombre y su curso (por ejemplo: Trabajo Práctico n°1, Andrés Borrello, 6to Econ)

Cualquier duda, estoy a disposición a esa casilla de correo.






viernes, 20 de marzo de 2020

Antropología: la Etnografía en Cuarentena


Hola.
La idea es poner el práctica la ETNOGRAFÍA, como método de trabajo de la Antropología para la recolección de información. A continuación les comparto una actividad a desarrollar durante el período de cuarentena.

La propuesta es lograr hacerse la "pregunta que está demás", a decir de Axel Lazzari. Tienen que indagar las prácticas y costumbres naturalizadas que ocurren durante el encierro en cuarentena. Registrar, a modo de diario, pequeñas actividades, prácticas y quehaceres, que en el día a día se nos pasan desapercibidas.

Actividades:
1) Leer la definición que se adjunta a continuación sobre qué es la Etnografía. ¿Qué es y qué herramientas utiliza?
2) Elaborar un registro escrito, a modo de diario, donde tomen nota, a partir de la observación participante, las prácticas que suceden en los lugares donde les tocó sobrellevar la cuarentena obligatoria. Las notas, al ser personales, pueden estar cargadas de subjetividad. Es decir, que son notas personales de la observación doméstica. La finalidad es que hagan un registro doméstico o privado, a partir de esa "pregunta de más" que debe hacerse el antropólogo o antropóloga.
3) Elegir una fotografía propia que ilustre el período de cuarentena.
4) Se entregará en formato Word, donde la caratula será la fotografía seleccionada, y a continuación las anotaciones realizadas durante el período.

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Etnografía (definición propia)

La Etnografía es un método de investigación social en el que se realiza un estudio que determina por medio de la observación y la entrevista de quienes conforman una comunidad, datos, comportamientos, costumbres y tradiciones de ese foco de la sociedad. La etnografía es importante porque en el estudio de las diferentes civilizaciones que conforman la raza humana existe una diversidad enorme, que al explorarla sirve para realizar un bosquejo de la humanidad y determinar con información importante como su descendencia, tiempo de existencia y formas de cultura en el pasado.

La relación que existe entre los humanos en sociedad es el objeto de los antropólogos, que durante siglos han perseguido los diferentes destellos y pruebas de civilización antigua. La etnografía no sólo recoge información del comportamiento actual de las personas en una comunidad, también explora los antecedentes históricos y realiza diversas comparaciones que establecen cómo ha evolucionado en sus costumbres y tradiciones. De esta manera, también se puede definir cuál será el destino de las costumbres que el hombre (y la mujer) ha obtenido y cómo se comportarán cuando se topen con otra cultura diferente.



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Presentación: Archivo formato Word, letra Arial 12 interlineado sencillo. 
Título "Trabajo Práctico n°2. Etnografía en cuarentena". 

El archivo deberá estar guardado con su nombre, materia, curso y número de trabajo. Por ejemplo "Andrés Borrello, Antropología 5to Sociales, Trabajo Práctico n2"

Fecha de entrega: viernes 3 de abril de 10 a 12hs al correo electrónico

Correo electrónico pascualborrello@gmail.com

lunes, 16 de marzo de 2020

Historia III: Guerra Fría, introducción y cine

Hola...
Considerando las particularidades que determinaron la suspensión de clases, la idea es que podamos trabajar de manera virtual, y tratar de avanzar, aunque más lento, con el desarrollo de algunos contenidos mínimos. 
La propuesta es que puedan, en un primer momento, y a partir de la lectura del texto (esto es importante para recuperar la voz de la autora, y que no sea una opinión exclusiva de ustedes) redactar un breve texto a modo de síntesis sobre la guerra fría, como detallaré a continuación. En un segundo memento, mi idea es que puedan investigar en torno al cine y la guerra fría, busquen alguna película de su interés y pueda escribir, además de un resumen de la trama, una pequeña opinión fundamentada con la lectura del texto de Susana Bianchi.

Trabajo Práctico n°1
1)- A partir de la lectura del material obligatorio referido a la Guerra Fría elabore un texto donde aparezcan los siguientes conceptos (se aconseja citar el texto utilizando las comillas y mencionando el número de página de donde se lo extrajo entre paréntesis):
Guerra Fría; URSS; EEUU; tercer mundo; carrera armamentista; armas nucleares; China; Corea; Cuba; Afganistán; Europa Oriental; Comunidad Europea, Internacional Comunista; Plan Marshall; Vietnam; Israel; Alemania Oriental y Occidental.
2) Investigar sobre cine y Guerra Fría, buscar alguna película que desarrolle este conflicto y base su trama en algún conflicto puntual, para poder mirar. Lo ideal sería verla en grupos pequeños, pero por la cuarentena instaurada por el Gobierno Nacional lo desaconsejo. A partir de la elección de la película, escribir una breve sinopsis y luego una opinión justificada con la utilización del texto de Susana Bianchi. (por ejemplo: Dr. Strangelove, La vida de los otros, Puente de Espías, Good Bye Lenin, El Che: Argentino, entre muchísimas otras que ofrece el buscador de Google. Incluso el cine de espías -007, por poner la mas conocída-, y las clasiquísimas Rocky, Rambo, Forrest Gump, Indiana Jones... sean originales)

Ante cualquier duda, pueden contactarse conmigo.

Fecha y modalidad de entrega de trabajo: jueves 26 de marzo, entre las 10 y las 11 am, a mi dirección de correo electrónico: pascualborrello@gmail.com 
Es de carácter individual, por razones obvias. Espero que cada uno y cada una de ustedes seleccione una película que nadie más haya elegido, sino ambos estudiantes deberán rehacer la actividad con una película nueva.
La actividad es de carácter OBLIGATORIO, y cabe recordar que nos encontramos en CUARENTENA, no en VACACIONES. Es nuestra obligación como docentes continuar, siempre que sea posible, con las clases.

domingo, 8 de marzo de 2020

Desde entonces, sigo viva

Por Selva Almada

Mujeres asesinadas por ser mujeres. En Santa Cruz, Rafaela, Chaco, en todo el país los casos se repiten. Selva Almada tiene cuarenta años y a diferencia de ellas, de miles, cree que continúa viva sólo por una cuestión de suerte. La violencia machista avanza sobre el cuerpo femenino: a veces discreta y solapadamente; otras de forma atroz. Adelanto de Chicas muertas, el libro que la editorial Random House Mondadori acaba de publicar.

            Cuando empecé la facultad me fui a vivir con una amiga a Paraná, la capital de la provincia, a 200 kilómetros de mi pueblo. Teníamos poca plata, vivíamos en una pensión, bastante ajustadas. Para ahorrar, empezamos a irnos a dedo, los fines de semana cuando queríamos visitar a nuestras familias. Al principio siempre buscábamos algún chico conocido nuestro, también estudiante, que nos acompañara. Después nos dimos cuenta de que nos llevaban más rápido si éramos sólo chicas. De a dos o de a tres, sentíamos que no había peligro. Y en algún momento, cuando ganamos confianza, cada una empezó a viajar sola si no conseguía compañera. A veces, por lo exámenes, no coincidían nuestras visitas al pueblo. Nos subíamos a autos, a camiones, a camionetas. No subíamos si había más de un hombre adentro del vehículo, pero excepto eso no teníamos muchos miramientos.
            En cinco años fui y vine cientos de veces sin pagar boleto. Hacer dedo era la manera más barata de trasladarse y a veces hasta era interesante. Se conocía gente. Se charlaba. Se escuchaba, la mayoría de las veces: sobre todo los camioneros, cansados de la soledad de su trabajo, nos confiaban sus vidas enteras mientras les cebábamos mate.
            De vez en cuando había algún episodio incómodo. Una vez un camionero mendocino mientras me contaba sus cuitas me dijo que había algunas estudiantes que se acostaban con él para hacerse unos pesos, que a él no le parecía mal, que así se pagaban los estudios y ayudaban a los padres. La cosa no pasó de esa insinuación, pero los kilómetros que faltaban para bajarme me sentí bastante inquieta. Cada vez que me subía a un auto lo primero que miraba era dónde estaba la traba de la puerta. Creo que ese día me corrí hasta pegarme a la ventanilla y directamente me agarré a la manija de la puerta por si debía pegar un salto. Otra vez un tipo joven, en un coche caro y que manejaba a gran velocidad, me dijo que era ginecólogo y empezó a hablarme de los controles que una mujer debía hacerse periódicamente, de la importancia de detectar tumores, de pescar el cáncer a tiempo. Me preguntó si yo me controlaba. Le dije que sí, claro, todos los años, aunque no era verdad. Y mientras siguió hablando y manejando estiró un brazo y empezó a toquetearme las tetas. Me quedé dura, el cinturón de seguridad atravesándome el pecho. Sin apartar la vista de la ruta, el tipo me dijo: vos sola podés detectar cualquier bultito sospechoso que tengas, tocándote así, ves.
            Sin embargo, una sola vez sentí que realmente estábamos en peligro. Veníamos con una amiga desde Villa Elisa a Paraná, un domingo a la tarde. No había sido un buen viaje, nos habían ido llevando de a tramos. Subimos y bajamos de autos y camiones varias veces. El último nos había dejado en un cruce de caminos, cerca de Viale, a unos 60 kilómetros de Paraná. Estaba atardeciendo y no andaba un alma en la ruta. Al fin vimos un coche acercándose. Era un auto anaranjado, ni viejo ni nuevo. Le hicimos seña y el conductor se echó sobre la banquina. Corrimos unos metros hasta alcanzarlo. Iba a Paraná, así que subimos, mi amiga junto al hombre que conducía, un tipo de unos sesenta años; yo en el asiento de atrás. Los primeros kilómetros hablamos de lo mismo de siempre: el clima, de dónde éramos, lo que estudiábamos. El hombre nos contó que volvía de unos campos que tenía en la zona. Desde atrás no escuchaba muy bien y como vi que mi amiga manejaba la conversación, me recosté en el asiento y me puse a mirar por la ventanilla. No sé cuánto tiempo pasó hasta que me di cuenta de que sucedía algo raro. El tipo apartaba la vista del camino e inclinaba la cabeza para hablarle a mi amiga, estaba más risueño. Me incorporé un poco. Entonces vi su mano palmeando la rodilla de ella, la misma mano subiendo y acariciándole el brazo. Empecé a hablar de cualquier cosa: del estado de la ruta, de los exámenes que teníamos esa semana. Pero el tipo no me prestó atención. Seguía hablándole a ella, invitándola a tomar algo cuando llegáramos. Ella no perdía la calma ni la sonrisa, pero yo sabía que en el fondo estaba tan asustada como yo. Que no, gracias, tengo novio. Y a mí qué me importa, yo no soy celoso. Tu novio debe ser un pendejo, qué puede enseñarte de la vida. Un tipo maduro como yo es lo que necesita una pendejita como vos. Protección. Solvencia económica. Experiencia. Las frases me llegaban entrecortadas. Afuera ya era de noche y no se veían ni los campos al borde de la ruta. Miré para todos lados: todo negro. Cuando me topé con las armas acostadas en la luneta del auto, atrás de mi asiento, se me heló la sangre. Eran dos armas largas, escopetas o algo así.
            Mi amiga seguía rechazando con amabilidad y compostura todas las invitaciones que él insistía en hacerle, esquivando los manotazos del hombre que quería agarrarle la muñeca. Yo seguía hablando sin parar, aunque nadie me prestara atención. Hablar, hablar y hablar, yo que no hablo nunca, un acto de desesperación infinita.
            Entonces lo mismo que me había helado la sangre, me la devolvió al cuerpo. Yo estaba más cerca que él de las armas. Aunque nunca había disparado una.
Por fin las luces de la entrada a la ciudad. La YPF adonde paraba el rojo que nos llevaba al centro. Le pedimos que nos bajara allí. El tipo sonrió con desprecio, se corrió del camino y estacionó: sí, mejor bájense, boluditas de mierda.
Nos bajamos y caminamos hasta la parada del colectivo. El auto anaranjado arrancó y se fue. Cuando estuvo lejos, tiramos los bolsos al piso, nos abrazamos y nos largamos a llorar.

Artículo extraído de Revista ANFIBIA 

A continuación, miramos el corto "Rey Muerto" (1995), dirigido por Lucrecia Martel.
Para acceder al corto, Click Acá!